16 diciembre, 2024

La soja como pionera de la regeneración

Conferencia Internacional RTRS 2024 | Sesión 3

Expertos de Brasil y Argentina compartieron experiencias y avances en prácticas de agricultura regenerativa, destacando el papel de la soja en la restauración del suelo y la conservación de ecosistemas, mientras proponían una colaboración más amplia para superar los desafíos relacionados con el cambio climático y la degradación ambiental.

En medio de las crecientes preocupaciones sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo, la agricultura regenerativa ha surgido como un marco poderoso para la producción agrícola sostenible. Es un concepto que va más allá de reducir el daño: busca restaurar ecosistemas, mejorar la salud del suelo y crear resiliencia en los sistemas agrícolas. Durante la Conferencia Internacional RTRS en Gante, Bélgica, esta visión del futuro de la producción de soja ocupó un lugar central. A lo largo de dos sesiones de la tarde, productores, investigadores y líderes corporativos trazaron una hoja de ruta sobre cómo la industria de la soja puede convertirse en líder global en agricultura regenerativa.

El tema de la conferencia, «Hacia una transición regenerativa», capturó perfectamente la ambición de las discusiones. Los oradores y participantes exploraron cómo la soja no solo puede adaptarse a las demandas de un mundo cambiante, sino también establecer el estándar para las prácticas regenerativas en toda la industria agrícola.

La agricultura regenerativa desde el campo

La sesión 3, “Agricultura regenerativa: visiones desde el campo”, fue presentada por Gisela Introvini de Fapcen, sponsor Gold de la conferencia RTRS, y moderada por Ana Laura Andreani, Gerente de la Unidad Técnica de RTRS. Se enfocó en la agricultura regenerativa a nivel de campo, con productores e investigadores compartiendo ideas prácticas e innovaciones para demostrar cómo la producción de soja puede contribuir a la restauración ambiental.

“Es genial tener la posibilidad de que un panel tan experimentado comparta sus aprendizajes y resultados clave. Hay mucho conocimiento en nuestros países y debemos transformarlo en más acción”, concluyó Ana.

Como parte de la presentación de Fapcen, Gisela Introvini presentó un video que mostraba tres propiedades certificadas por RTRS apoyadas por Fapcen, reconocidas por el principal medio agrícola de Brasil, Rural Channel, como fincas sostenibles. “Esto refleja lo que se puede lograr cuando los productores trabajan por el bien común y el desarrollo colectivo de una región”, destacó Introvini.

“Fapcen ve la certificación RTRS, realizada por su equipo en propiedades rurales de Maranhão y Piauí, como un catalizador para el desarrollo regional en los Cerrados del Nordeste de Brasil. Este éxito se debe al profesionalismo de los productores rurales en prácticas de conservación del suelo que garantizan la agricultura regenerativa y el secuestro de carbono en el suelo de cultivos como la soja y el maíz, alternando con pasturas y ganadería. Además de minimizar los riesgos agrícolas, estas prácticas ayudan a reducir las disparidades sociales que aún persisten en la región y preservan la biodiversidad de los biomas (Cerrado – Sabana/Caatinga, Amazonia). Al mismo tiempo, Fapcen destaca el trabajo de los productores en proyectos sociales junto a ciudades y comunidades, ofreciendo cursos, capacitaciones y fomentando mejoras en la calidad de vida de todos”, explicó Introvini.

Sebastián Malizia, Director Ejecutivo de la Fundación ProYungas en Argentina, abrió la discusión destacando la importancia de la conservación en la agricultura regenerativa. Reflexionando sobre la ponencia de Elkington, hizo un llamado al sector para que abrace la incomodidad y colabore a través de divisiones ideológicas para impulsar el cambio.

“Cuando hablamos de conservación a largo plazo, debemos hacerlo junto con los productores”, dijo Malizia. Señaló la campaña 30×30, que busca proteger el 30% de las tierras y océanos del planeta para 2030, como un ejemplo de un objetivo ambicioso que requiere acción colectiva. Los productores de soja, destacó, suelen ser propietarios de áreas forestales importantes que son críticas para la biodiversidad y el secuestro de carbono. Sin embargo, estas contribuciones rara vez son valoradas.

“Los productores están haciendo esfuerzos extraordinarios para transformar sus prácticas, pero eso debe reflejarse en el valor de esos esfuerzos”, expresó Malizia. También instó a la industria a simplificar sus enfoques para hacer que la agricultura regenerativa sea más accesible, advirtiendo que la complejidad no debe convertirse en una barrera para el progreso.

Para Roberto Acauan, Director de Ventas en SLC Agrícola en Brasil, la agricultura regenerativa no es solo un marco teórico, sino una realidad práctica. Operando 23 granjas en siete estados de Brasil, SLC ha implementado prácticas como la siembra directa, cultivos de cobertura y soluciones de agricultura digital para mejorar la sostenibilidad.

Acauan compartió resultados impresionantes de estas prácticas, incluyendo una reducción del 27% en el consumo de combustible gracias a la agricultura de precisión y una disminución significativa en el uso de fertilizantes, gracias a tecnologías avanzadas de mapeo. SLC también ha convertido el 15% de su protección de cultivos a medidas biológicas, reduciendo su dependencia de insumos químicos. Cabe destacar que la aplicación localizada de pesticidas ha generado un ahorro sustancial de 82 millones de reales, con el 64% de la reducción en los costos de protección de cultivos logrado únicamente en la temporada 2023/24.

“Queremos proteger el planeta y producir de manera sostenible”, afirmó Acauan, destacando que estas innovaciones han mejorado tanto los resultados ambientales como la eficiencia operativa.

Además, Acauan detalló cómo la compañía incorpora principios regenerativos, tales como la rotación de cultivos de cobertura para reponer los nutrientes del suelo y el uso de herramientas de agricultura digital para monitorear la fertilidad de las plantas y optimizar el uso de fertilizantes. SLC también ha aprovechado las tecnologías de mapeo para aplicar herbicidas de manera más efectiva, logrando una notable reducción del 72% en su uso.

La cuestión de cómo medir la regeneración del suelo fue abordada en el panel por Marcelo Beltrán, investigador del Instituto de Suelos del INTA Castelar en Argentina. Beltrán explicó que métricas como los niveles de carbono en el suelo, la biodiversidad y la respiración del suelo son fundamentales para evaluar el progreso. Los equipos de INTA han llevado a cabo experimentos de campo en toda Argentina para evaluar el impacto de las prácticas regenerativas en la salud del suelo.

Destacó la magnitud del desafío en Argentina: “En nuestro país, hay muchas áreas degradadas, con aproximadamente 100 millones de hectáreas afectadas. Por lo tanto, es esencial explorar métodos de producción más sostenibles que puedan regenerar estas áreas”.

Beltrán señaló que herramientas como los cultivos de cobertura están siendo cada vez más adoptadas por los productores, particularmente en la región pampeana norte, así como en el noroeste y noreste de Argentina. “Actualmente, alrededor del 15% de los productores están utilizando estas técnicas, que ya han demostrado beneficios significativos en la mejora de la calidad física y química del suelo”, afirmó.

Beltrán explicó además que las prácticas regenerativas, como la secuencia de cultivos y la reducción del laboreo, no solo mejoran la calidad del suelo, sino que también son cruciales para el futuro de la agricultura argentina.

Concluyó reiterando la necesidad de un manejo sostenible de la soja con un mayor aporte de carbono y biodiversidad, enfatizando que “la captura de carbono en el suelo tiene un gran potencial en Argentina, y estas prácticas deben adoptarse más ampliamente para abordar la degradación del suelo y garantizar la productividad agrícola a largo plazo”.

Finalmente, el Dr. João Carlos Moraes Sá, investigador asociado de The Ohio State University, discutió el potencial de los sistemas de siembra directa para convertir el suelo en un sumidero de carbono. “Los sistemas de siembra directa con secuestro de carbono basado en la biomasa pueden ser clave para desarrollar enfoques agrícolas regenerativos y ambientales”, explicó.

A pesar de la promesa de estos sistemas, Sá señaló que actualmente solo se adoptan prácticas de agricultura de conservación en 0.205 mil millones de hectáreas (Mha), lo que representa el 12.9% del total de 1.59 Mha de la producción mundial anual de cultivos. Hizo un llamado a un esfuerzo global para ampliar estos métodos, destacando los beneficios interconectados para la salud del suelo, la biodiversidad y la mitigación del cambio climático.

La sesión 3 reafirmó el compromiso del sector agrícola con la sostenibilidad y la regeneración de ecosistemas. A través de ejemplos prácticos y avances innovadores, los panelistas destacaron cómo la soja puede desempeñar un papel clave en la transición hacia una agricultura regenerativa que promueva la conservación del suelo, la biodiversidad y la reducción de la huella de carbono. La colaboración y el intercambio de conocimientos entre productores y expertos son esenciales para enfrentar los desafíos ambientales y asegurar un futuro más sostenible para la agricultura.

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