Primer grupo de productores certificados ABR obtiene certificación RTRS para soja
La importancia de la sostenibilidad y la idea de que la certificación es un diferencial de mercado son cada vez más claras. El avance más reciente en este sentido fue el primer grupo de productores que ya contaban con el certificado Algodón Brasileño Responsable (ABR) y que ahora obtuvieron el certificado RTRS para la producción de soja.
Los productores participaron en una iniciativa de la Asociación de los Productores de Soja de Mato Grosso do Sul (Aprosoja/MS), en colaboración con la Asociación de Productores de Algodón de Mato Grosso do Sul (Ampasul) y la Mesa Global de Soja Responsable (RTRS), tras la identificación de que había exigencias similares entre las dos certificaciones, lo que podría facilitar la adecuación a los estándares ABR/BCI y RTRS.
Este análisis comparativo entre ambos estándares de certificación se integra perfectamente al contexto de la reciente certificación conjunta obtenida por los productores que ya poseían el sello ABR, gracias al esfuerzo conjunto de RTRS, Abrapa, Aprosoja/MS y Ampasul. Refleja, por lo tanto, el éxito de la integración de estos estándares y el compromiso con la sustentabilidad.
Este es un paso significativo en dirección a la certificación en gran escala, que puede ser expandida a otros productores de soja en Brasil. De los 108 indicadores establecidos por el Estándar RTRS de Producción de Soja Responsable, 78 (72,2%) ya están contemplados en el estándar ABR del algodón y 10 (9,3%) son cumplidos parcialmente. Esto significa que, al completar solo los indicadores restantes (30), un productor certificado ABR también obtiene la certificación RTRS para soja.
En este contexto, Luiza Bruscato, Directora Ejecutiva Global de RTRS, destaca: “El esfuerzo conjunto entre RTRS, Abrapa, Aprosoja/MS y Ampasul prueba que es posible integrar estándares, optimizar procesos y generar impactos significativos en el sector agrícola. Este trabajo colaborativo no solo fortalece la relación entre instituciones y productores, sino que también valoriza las prácticas sustentables ya adoptadas, permitiendo ampliar y maximizar la oferta de productos sostenibles”.
Jorge Michelc, presidente de Aprosoja/MS, afirma que la asociación quiere que cada vez más los productores tengan acceso a nuevos mercados y también adopten modelos más sostenibles en sus propiedades. Por eso, incentiva que los asociados de Aprosoja conozcan el proceso de certificación RTRS y apliquen las buenas prácticas en el día a día en el campo, no solo para agregar valor a su producto, sino para producir de forma más sustentable.
“En 2024 ya fueron certificados productores por medio de esta colaboración entre Aprosoja y Ampasul. Tenemos más productores para certificar y estamos divulgando entre nuestros asociados los beneficios del proceso de certificación”, completa.
Productores certificados ABR-RTRS
El proyecto piloto en el estado de Mato Grosso do Sul se inició en 2024, llegando a certificar 6 establecimiento RTRS de 3 productores en este primer año. Los productores certificados son: Grupo Schlatter, Darci Agostinho Boff y José Izidoro Corso. En total, produjeron 78.137 toneladas de soja certificada RTRS y 90.630 toneladas de maíz certificado RTRS.
“Ya tenemos parte del algodón certificado por ABR y BCI (Better Cotton Initiative), lo que hoy nos permite acceder a mercados a los que no podríamos llegar sin la certificación. Creemos que el certificado RTRS para la soja podría traernos un incremento en el valor del producto de soja o facilitar la venta a las empresas en el futuro”, dice Boff, presidente de Ampasul y agricultor.
Afirma que obtuvo la certificación para dos fincas donde cultiva soja, una en la ciudad de Chapadão do Sul (Mato Grosso do Sul – MS) y otra en Paraíso das Águas (MS).
Tras la experiencia positiva con las dos primeras propiedades, Boff ya trabaja para conseguir el sello RTRS en una tercera. “Tenemos otro establecimiento en la que estamos intentando adecuarnos, donde cultivo soja con integración junto a la ganadería. Está en Paraíso das Águas (MS) también, y produce de 1,7 mil a 2 mil hectáreas”, agrega.
El agricultor Walter Schlatter, vicepresidente de Ampasul, también forma parte del grupo de nuevos productores con certificado RTRS. Cuenta que el proceso de certificación de la soja fue fluido, precisamente porque ya contaba con la certificación del algodón, lo que lleva al cumplimiento de varios de los ítems analizados.
“Aunque el proceso de cadena de custodia exige un nivel elevado de controles e informes, lo veo como una oportunidad para fortalecer la transparencia y garantizar la integridad de los productos certificados a lo largo de toda la cadena de abastecimiento”, comentó. Para Schlatter, estar certificado es sinónimo de calidad en los procesos, compromiso con las personas y excelencia en sustentabilidad, alineándose con los principios de responsabilidad promovidos por RTRS.
Todos los productores de algodón en Brasil cultivan soja, ya sea en la misma área, en rotación de cultivos o en otras áreas dentro de la misma propiedad. Sin embargo, no todos los productores de soja cultivan algodón. En Brasil, hay 2 millones de hectáreas de algodón y más de 40 millones de hectáreas de soja cultivadas.
Esto significa que existe un gran potencial para los productores de algodón que ya están certificados y pueden obtener el certificado RTRS para la soja.
Corso cree que la certificación contribuye a la apertura de nuevas fronteras comerciales para la compañía y refuerza a los socios comerciales el compromiso de actuar con responsabilidad y sostenibilidad. Para él, este diferencial ayuda al consumidor en la decisión de compra, lo que puede motivar nuevas certificaciones en otras propiedades del grupo.
“La posibilidad de certificar otras unidades, además de las de Mato Groso do Sul, es grande. El asunto será analizado en el próximo planeamiento agrícola”, comenta.
Esta iniciativa representa un avance significativo en el contexto de un Brasil que produce de forma sustentable. La certificación conjunta obtenida gracias al esfuerzo colectivo de RTRS, Abrapa, Aprosoja/MS y Ampasul demuestra no solo que es posible integrar estándares y optimizar procesos, sino también que la colaboración entre instituciones y productores genera un impacto relevante, beneficiando y fortaleciendo el sector agrícola.