Empresas de Dinamarca y Alemania apoyan la producción responsable RTRS de los cooperativistas de Frísia
El productor Fabiano Gomes y sus hermanos, del establecimiento Pau Furado, ubicado en la localidad de Texeira Soares, en el estado brasilero de Paraná, se consagraron como los primeros cooperativistas de Frísia que comercializan sus Créditos RTRS Apoyando la Soja Responsable con empresas europeas.
A lo largo de sus 784 hectáreas, el establecimiento Pau Furado produce soja, maíz de verano, poroto, trigo, cebada y avena. Este año, con la ayuda de un programa de la cooperativa para fomentar la sustentabilidad y competitividad organizado por Frísia, Pau Furado empezó a comercializar con empresas de Dinamarca y Alemania que demostraron su apoyo a la producción de soja responsable a través de la adopción de Créditos RTRS que Pau Furado recibió tras certificar su producción de soja de acuerdo con el Estándar RTRS para la Producción de Soja Responsable.
Según Jean Cesar Andrusko, especialista en Medio Ambiente de Frísia, el objetivo de la cooperativa es agregar valor a la producción por medio de la trazabilidad y la demostración de sustentabilidad, pero que también corresponde a los cooperativistas decidir si desean unirse. “El cooperativista no está obligado a participar, pero cuando demuestra interés en obtener la certificación, firma un contrato simbólico y empezamos a hacer mentorías, que incluyen una visita a la propiedad, un diagnóstico y la elaboración de un plan de acción. El productor va adecuando la propiedad a su ritmo”, afirma Andrusko.
El establecimiento Pau Furado, cuenta con más de 60 años de trayectoria y hace cuatro años empezó a transformar su historia con una producción más sustentable. Si bien ya tenía una gestión eficiente, en el programa de Frísia encontró una oportunidad de trabajar para adecuarse a los estándares de exigencia del mercado exterior, como es el caso de la certificación RTRS.
Hace más de 10 años que existe la certificación RTRS en Brasil y solo en 2022 alcanzó a cerca de 300 establecimientos, que superaron los 5 millones de toneladas certificadas RTRS. “Todos los años crece la certificación y se suman nuevos productores y nuevos establecimientos. Este crecimiento tomó mayor intensidad en el Centro-Oeste”, explica Cid Sanches, consultor externo en Brasil de RTRS.
Sanches recuerda también que el productor que adhiere a la certificación abre su campo a los ojos del mundo, ya que se trata de datos abiertos e importantes para el mercado. “Es poco habitual encontrar un productor que adhiera a la certificación y después de algunos años desista. En general, lo incorpora como una rutina, sabe que una vez por año recibirá una auditoría muy minuciosa y se acostumbra a eso, le gusta, porque tiene la seguridad de minimizar los riesgos. También hay una demanda de los otros eslabones de la cadena, las traders, los compradores internacionales, los bancos, los proveedores de máquinas que, inclusive, ya están pensando otorgarles beneficios a los productores certificados”, concluye.
Según Andrusko, Frísia trabaja desde 2017 con los estándares de certificación exigidos por algunos clientes y a lo largo de estos años se observó que las certificaciones son importantes para los establecimientos. Para la cooperativa “el Estándar RTRS para la Producción de Soja Responsable establece requisitos que evalúan todas las esferas que componen la producción agrícola, incluyendo requisitos legales de buenas prácticas agrícolas y eso contribuye a la gestión de la propiedad. También tiene un impacto positivo para los demás cultivos producidos en los campos, que aunque no estén certificados por el estándar RTRS son producidos con los mismos criterios, por ejemplo, los cultivos de invierno”. Además, Andrusko destaca que RTRS es reconocida y aceptada mundialmente e impulsa a los productores a desarrollarse tecnológica, ambiental y socialmente, de manera equilibrada y siempre buscando la excelencia.
Según Fabiano Gomes, “el mercado está exigiendo cada vez más la calidad. Hoy, la certificación es un sello muy importante que tiene Pau Furado, principalmente para el mercado externo”. “Los campos certificados demuestran que son aptas para atender a cualquier mercado consumidor, mostrando la preparación del agronegocio brasileiro”, concluye el productor.